Milagros Cali: «Pasaba por al lado del podio y me imaginaba ahí arriba»

La primera campeona de taekwondo argentina de los Juegos Suramericanos de la Juventud es de Unión Vecinal. Los días han pasado y hacen que su logro sea cada vez más tangible. Milagros Cali se tomó unos minutos para charlar y transmitirle a los de su club la experiencia vivida.

Con tan sólo 16 años, Milagros logró llegar a los más alto del taekwondo continental, una hazaña en la que no se quedará por siempre, sino que es un envión para seguir trabajando por grandes objetivos a futuro.

Milagros compitió en la categoría hasta 44 kilos, ella es bajita, de un porte físico delicado, sus rulos y sonrisa le dan una identidad sumamente diferente a la que tiene en combate. Lleva la vida de una joven profesional, pero no pierde de vista su temprana edad, las andanzas de la adolescencia, las amistades y la familia, pero por sobre todas las cosas hay algo que no pierde de vista: el futuro.

«Recién empiezo a caer, un poco, de que gané, que fui la primera mujer en ganar en un Odesur, no entendía nada, recién ahora tengo la mente fría y entiendo que ¡wow gané!, es hermoso para mi y el país», comenzó diciendo Milagros, evidenciando su alegría y orgullo.

¿Cómo fue tu preparación de cara al torneo?

Fue muy dura, al ser de La Plata y tener que viajar a Núñez para entrenar casi tres meses en el CENARD fue duro, tuve que dejar el colegio, la familia, amigos, el sacrificio fue grande.

Decías que estas empezando a caer, imagino que recién ahora tomas dimensión de lo que lograste, ¿Es así?

Mientras estaba en el torneo sentía que todo vale la pena, fui a hacer lo que me gusta y a dejar todo. Pasaba por al lado del podio y me imaginaba ahí arriba, con la medalla colgada y el himno argentino sonando.

¿Cuál es tu próximo objetivo?

Mi próximo objetivo son los Juegos Olímpicos de la Juventud del próximo año, este objetivo lo tenía antes de los Odesur. Esta medalla fue un empujón, algo que me sirvió para entender que estoy por el camino correcto, que tengo seguir así.

¿Cuánto tiene que ver en todo esto Unión Vecinal?

Mucho, es mi primer club, es mi segunda casa, hago doble turno acá, entreno todos los días que no voy al CENARD. Las veces que no me fue bien en un torneo encontré en Unión mi lugar.

Hasta entonces encontramos el lado puramente deportivo, como si la entrevistada fuese un adulto que está acostumbrado a esto, que lleva su vida adelante en base a resultados y torneos; pero no podemos perder de vista la edad de Milagros.

Supongo que al saber que tu carrera recién empieza estos resultados te motivan, pero tenes un ritmo de vida y una dedicación sumamente profesional. ¿Cómo coordinas tu vida de adolescente a semejante exigencia?

El colegio lo hago a distancia gracias al ENARD, el año pasado pude elegir entre el colegio o el sistema virtual que nos ofrecen para poder iniciar mi carrera como profesional. En el tiempo libre que tengo abro la computadora y hago la tarea. Con mis amigos mantengo la relación desde el jardín, ellos me apoyan en todo y están ahí para bancarme, además de tener las amistades deportivas con quienes convivo en el CENARD.

¿Cómo fue la convivencia en Chile?

Fue la experiencia más linda de todas, en el comedor nos cruzábamos con chicos de todos los países y podíamos charlar de las distintas exigencias, formas de entrenamiento, dificultades y objetivos de cada uno. En las cena, nos encontrábamos con todos los deportistas argentinos y siempre estás conociendo gente nueva, es muy lindo.

El taekwondo no da tiempo para nada, la competencia es en el mismo día y ahí definís tu destino. Contános cómo se vive el día previo.

El día previo al pesaje es una sensación que me gusta, es un poco masoquista porque se sufre, pero está bueno porque tenés que estar pendiente de todo, no podés tomar un sorbo más de agua porque estas justa, en la cabeza siempre está dando vueltas cómo va a ser todo. «Mañana me peso, después peleo» eso está dando vueltas siempre y de verdad me gusta.

¿Cómo fue volver?

Volví contenta, un poco bajón porque se terminó el viaje y ves por última vez en mucho tiempo a gente que estuvo con vos durante tres meses. Pero volví contenta, conocí a mis compañeros de la escuela virtual. Pero lo que más vale es volver a casa, reencontrarse con la familia y tener la medalla colgada.

¿Cómo va a ser tu cierre de año?

Ahora se viene el nacional, ahí hay que competir para quedar como titular de cada categoría. Es en poco tiempo por lo que tengo que enfocarme en eso. Después de eso ya va a ser todo entrenamiento.

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